El consumo diario de verduras ayuda a reducir la prevalencia de angustia psicológica, Este sería particularmente el caso de los adultos mayores de 60 años que fueron el objeto del estudio.

Cada vez más investigaciones científicas sugieren un vínculo entre la alimentación y la salud mental. Investigadores de la Universidad de Sydney han estudiado el tema, sobre todo para medir entre los adultos, una asociación entre el consumo frutas y verduras  y la incidencia de trastornos psicológicos.

UNA GRAN MUESTRA DE ADULTOS

Este análisis se basó en una muestra de casi 60 000 adultos mayores de 45 años, de la base de datos australiana “45 and Up Study” del Instituto Sax. En promedio, los participantes de 62,2 años (53,6% mujeres) fueron valorados durante más de dos años y medio.

El estrés se midió mediante la escala de Kessler, a través de un cuestionario sobre la ansiedad y la depresión. Por otro lado, el consumo habitual de frutas y verduras se analizó a través de preguntas breves.

MÁS VEGETALES, MENOS ESTRÉS

Resultado: Un consumo moderado de 3- 4 porciones de verduras diarias se asocia con un 12% menos de estrés psicológico que si se consume 0-1 porción al día. Por otro lado, una ingesta diaria moderada de fruta sola,  confiere un beneficio particularmente significativo en el estrés de los participantes de este estudio.

Los investigadores también pudieron constatar que dentro de su muestra,  el consumo de frutas y verduras ha demostrado ser más beneficioso para las mujeres, que para los hombres. Las mujeres que consumían entre 5 y 7  porciones al día de frutas y verduras redujeron su riesgo de estrés en 23% (en comparación a ninguna o una porción al día).

Este estudio fomenta el consumo de frutas y verduras, como parte de una dieta equilibrada y fortalece sus beneficios sobre la salud mental. Sin embargo, la relación entre el consumo de frutas y verduras y la incidencia de trastornos psicológicos requiere mayor investigación.

La Fundación Louis Bonduelle produce y difunde información con el objetivo de contribuir a la evolución de los hábitos alimenticios.